lunes, 25 de julio de 2011

Pasteles Japoneses

Antes de venir a Japón mi madre me preguntó si allí hacían pasteles como en España y si estaban buenos.
Por supuesto, la respuesta es que sí y además es que suelen tener una pinta estupenda... de hecho, la presentación es casi perfecta e incorporan muchas veces sabores peculiares como té matcha y caramelo amargo. Además, como corresponde al gusto local, suelen ser menos dulces que en España y cómo no, bastante caros.


sábado, 23 de julio de 2011

Cosas de que no me gustan de Japón

Aunque hay muchas cosas que evidentemente me encantan de Japón también hay algunas que resultan molestas:
  • Las bicis: suelen ir por la acera y tocando el timbre para avisar (o pedir paso!). En Kyoto me tenían loco y más de una vez me llevé un buen susto. En Tokyo más de lo mismo. En Osaka me muevo por calles más amplias y no tengo tanto problema.
  • Las colas: siempre hay mucha gente para todo. Como se te ocurra ir a un festival (en verano hay unos cuantos) entonces puedes flipar. En esos casos volver en tren o metro puede ser una odisea de empujones, sudor (y esperas).
  • ¡Todo es caro! El yen fuerte, el Euro barato, nivel de vida... Todo se une para que comprar sea carísimo... Comer puede ser relativamente barato: unos 650-950 Yenes. Un menú completo por 850 Yenes es bastante habitual. Eso sí, un café son unos 450 Yenes (mínimo). Los dulces (pasteles, etc.) también son caros... y son una tentación porque tienen una pinta estupenda.

martes, 12 de julio de 2011

Cena de miedo

El otro día fuimos al cine en Tennoji. Nos soplaron 1800 Yenes por barba (unos 16 Euros). Y si la peli es en 3D son 300 Yenes más... Realmente caro.
Mi nivel de japonés sólo me permite entender un 40% de lo que dicen, pero creo que es un ejercicio interesante. Tal vez la semana que viene repetimos para ver la última producción de Ghibli... pero no mucho más, no está el bolsillo para bromas.
Después del cine, fuimos a cenar y buscando un sitio encontramos un restaurante la mar de curioso: con ambiente de cine terror. Al entrar una chica vestida de policía nos pregunta quién es el más malo. Parece que soy yo, así que me llevó esposado hasta la mesa. Las vistas... impresionantes (un piso 14). Las mesas para 4 personas están dentro de una celda. Muy curioso! Ah! En la entrada te marcan con un número que sólo se ve con luz especial. Este número sirve para identificar la mesa y cobrarte a la salida :)
Las bebidas son bastante sorprendentes, todas tienen una presentación curiosa, con recipientes de laboratorio como si fueran experimentos. Son chulas y el sabor no está mal. De hecho, en una te haces el cocktail a medida, eligiendo los sabores a combinar.
Para la comida elegimos 4 platos. No parecían muy caros así que imaginé que serían pequeños... error! Eran tamaño europeo (en general, en Japón se sirve menos cantidad de comida).
Hubo un poco de espectáculo: gente disfrazada, persecuciones, música... pero desde dónde estábamos no vimos demasiado y nos dio la impresión de que nos perdimos la juerga.
En cualquier caso, fue interesante.

lunes, 11 de julio de 2011

Estudiando en vacaciones

Este año mis vacaciones serán un poco diferentes: en lugar de dedicarme a visitar sitios en plan turista he venido a Japón a estudiar el idioma. Durante todo el mes (aunque en realidad la cosa se queda en 3 semanas) asistiré a una academia en Sinshaibashi (Osaka, Japón).
El primer día hice la prueba de nivel: unas 300 preguntas de dificultad creciente, centradas principalmente en gramática y poco a poco usando más kanjis. Me quedé en la pregunta 200. Cómo esperaba, no tuve problema ni con el vocabulario ni con los ideogramas, sólo con la gramática.
El martes había una clase especial sobre "cultura japonesa" para los alumnos que sólo están un mes. Yo no asistí, pero me contaron que hicieron takoyaki (bolas con pulpo), una de las especialidades de Osaka, origami, caligrafía y más cosas.
El miércoles hacían la ceremonia de inauguración (orientada más hacia los alumnos que estarán un año o más). El evento consistía básicamente en la presentación de los profesores, algunas palabras de aliento por parte del director, los profes y algunos alumnos y muchas, muchas reverencias.
Ese día también se publicaba la distribución de clases por nivel. Tuve un pequeño problema: no aparecía en las listas. Aproveché para practicar un poco el idioma con una amable profesora que pasaba por allí. Después de preguntarme mi país de origen encontró rápidamente mi nombre. Estaba mal escrito y en katakana (en lugar de romaji) como la mayoría de mis compañeros. Prueba superada!