Aunque hay muchas cosas que evidentemente me encantan de Japón también hay algunas que resultan molestas:
- Las bicis: suelen ir por la acera y tocando el timbre para avisar (o pedir paso!). En Kyoto me tenían loco y más de una vez me llevé un buen susto. En Tokyo más de lo mismo. En Osaka me muevo por calles más amplias y no tengo tanto problema.
- Las colas: siempre hay mucha gente para todo. Como se te ocurra ir a un festival (en verano hay unos cuantos) entonces puedes flipar. En esos casos volver en tren o metro puede ser una odisea de empujones, sudor (y esperas).
- ¡Todo es caro! El yen fuerte, el Euro barato, nivel de vida... Todo se une para que comprar sea carísimo... Comer puede ser relativamente barato: unos 650-950 Yenes. Un menú completo por 850 Yenes es bastante habitual. Eso sí, un café son unos 450 Yenes (mínimo). Los dulces (pasteles, etc.) también son caros... y son una tentación porque tienen una pinta estupenda.
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